¿Más palideces? Sí, mi intención era escribir otra entrada descolorida y desangelada, de esas que dejan vislumbrar los ánimos fallidos. Pero de repente me he revelado, he cambiado el rumbo y estoy escribiendo acerca de lo que iba a escribir.
Supongo que lo que se espera de un escribidor persistente y trasnochado es que entretenga con sus párrafos, que ensaye y se atreva a explorar estilos distintos y nuevas formas de expresar sus realidades y no que se la pase en los tenores “cortavenas”. Por eso precisamente es que escribo lo que escribo y no lo que pensaba escribir.
De hecho, me dio un poco de flojera relatar la manera en que me perdí de vista, en que extravié la pista de mí mismo y lo desorientado en que a ratos me encuentro. Tal vez hubiese sido una buena entrada para un blog que no termina por encontrar su posición literaria. Pero no, de verdad que me dio flojera.
Por otra parte ya van varias entradas llenas de desencantos y desilusiones, creo que ya fue suficiente de esos rollos (aunque esos son los denuedos que persisten y sobreviven en mi cada vez más opaco estado de ánimo).
No queriendo abusar de paciencias ajenas decidí no escribir nada de eso, sin embargo ya tenía la computadora lista y el Face apagado, era cosa de buscar un tema. Opté por lo fácil, narrar lo que iba a hacer y no hice.
Lo único que ha quedado de mis iniciales intenciones es el título de la entrada. No quise cambiarlo. Lo he dejado como un humilde homenaje a la que pudo ser una entrada cargada de emociones y que ha terminado por ser un texto hecho con rapidez y poco rumbo. Ya ni modos.
Te doy un tema, escribe sobre los casinos, esos donde hay maquinitas y mucha gente depositando su dinero con el sueño mexicano de hacerse rico y sin trabajar, andale, porfa..( ya te vi como mi seguidor, el unico en mi blog, gracias,)
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