martes, 19 de enero de 2010

79. Gimnasios

No conozco muchos, de hecho solamente tres, de los cuales uno ya no existe. Por lo tanto me voy a limitar a comparar los dos que he frecuentado.


El primero al que asistí era muy espacioso, tenía sobre el piso una especie de plástico en color azul y las máquinas estaban todas en color amarillo. Funciona en un edificio construido especialmente para hacer las funciones de gimnasio, pero no fue diseñado por un arquitecto ni por alguien que conozca los requerimientos de un local de este tipo, por lo que el edificio es solamente un cubo con ventanas (de hecho cuando estaba siendo construido yo pensaba que sería un taller mecánico o algo parecido).



Una de sus ventajas, además de lo espacioso, es que cuenta con baños funcionales (pero sin papel higiénico) limpios y que no huelen mal. Cuenta con amplio estacionamiento, los aparatos se ven nuevos (no lo son pero están bien pintados).



Uno de los problemas que tiene es que al estar en medio de una zona densamente poblada atrae a muchas personas (llegué a contar hasta 26 personas en una misma sesión) lo que dificulta la realización de las rutinas al ocuparse todos los aparatos y los equipos (entonces caes en la cuenta de que los equipos y el espacio resultan insuficientes).



Yo no sé mucho de ejercicios, pero leo y pregunto a los que si saben, por ello pude notar que los que acuden a ese gimnasio sacrifican la técnica por el peso, esto es, cargan mucho peso pero no hacen bien los ejercicios por lo que no trabajan adecuadamente los músculos.



Lo anterior parece no importarle al joven a cargo (el mismo que hace las veces de instructor) quien parece preocuparse más por su propio desarrollo físico y por bromear con sus amigos y enamorar a las numerosas muchachas, que por bienestar de los que pagamos por el servicio. Esto hace que cada quien adopte las rutinas que considere necesarias y haga lo que pueda o lo que crea que es mejor.



En el gimnasio que ahora acudo (hoy deberé asistir por segundo día) también hay ventajas y desventajas. Uno de los puntos a favor es la cercanía de casa, puedo ir caminando y llegar en tres minutos. Los instructores a cargo, un muchacho y una joven señora, mostraron interés, escucharon mis expectativas y necesidades y me dieron una rutina inicial que no me dejó el cuerpo adolorido (como la primera vez que acudí al anterior).



Ciertamente me trataron como si yo fuera un gordito que nunca se ha movido en su vida, pero casualmente no me importó (porque además si estoy gordito) esto hizo que me pusieran ejercicios precisamente para quemar grasa, que considero debe ser lo primero a la hora de iniciar con esto de los ejercicios. Ambos vigilaron de cerca la forma en que hacía los ejercicios y estuvieron atentos a la forma en que los realizaba para corregirme. Tuve una clase de cortesía de spinning.



Los puntos en contra están en el sentido del espacio, se trata de una casa habitación acondicionada como gimnasio, aunque al parecer no hay tantos clientes. Los equipos se ven no tan nuevos, las escaladoras están muy duras y me costó trabajo utilizarlas porque me dolían las rodillas.



Creo que esas son las diferencias fundamentales, no son muchas. Lo que finalmente importa es que estaré haciendo ejercicios para favorecer mi salud y bienestar. Ya veremos los resultados, los cuales están en función de bajar de peso y sentirme bien. Claro que sí.

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