Hoy fue el último día del curso de natación, la alberca del Seguro Social estará cerrada hasta mediados de agosto. En tanto llega esa fecha, debo decidir si continuo haciendo algún tipo de ejercicios o me dedico a recuperar el peso perdido. Se aceptan sugerencias.
La aventura de la natación empezó en los primeros días de septiembre del año pasado, la decisión surgió motivada por distintas y muy variadas razones: sobrepeso, prevención de la salud, edad avanzada (ni tanta, ni tanta) y el hecho de que la natación es el único ejercicio recomendado para unas muy lastimadas y operadas rodillas.
Durante muchos años ignoré el persistente dolor de rodillas y me lanzaba al malecón a caminar la mayoría de las veces, a trotar ocasionalmente y esporádicamente a correr un poco. Con el paso del tiempo opté por caminar en los alrededores de mi casa, pero las empinadas calles de Colonial Campeche terminaron por dejarme más adolorido.
Posteriormente a la cirugía de mi rodilla derecha (la izquierda fue operada en el 2004) el médico me recomendó bajar de peso y determinó que la natación era el deporte ideal para hacerlo, dado que se ejercitan la mayoría de los músculos y además las rodillas se liberan de impactos. No quedaba más remedio que abandonar las relajantes caminatas y meterme a una alberca, lo cual no resultaba nada despreciable.
Debo señalar que yo ya sabía nadar y que cuando tenía 10 años asistí por primera vez a clases de natación en el Seguro Social (solo fui unos meses porque me expulsaron por bajar ciruelas a chancletazos, eso fue injusto porque obviamente ya había salido de la alberca pero ni modos, así es la vida) sin embargo no nadaba de acuerdo con el estilo requerido por lo que debía iniciar el proceso como si no supiera.
Aprender el estilo no generó mayor problema para mí, lo que si representó un gran inconveniente fue aprender a respirar. Sucede que la natación es el único deporte en que el proceso de respiración debe tornarse voluntario, esto es debido a que se nada con la cara dentro del agua, se saca la cabeza un momento para aspirar por la boca y posteriormente se expulsa el aire por la nariz pero con la cara nuevamente metida en el agua.
Esta acción implicó que yo tuviera que concentrarme en tres cosas a la vez: bracear bien, patalear continuamente y respirar adecuadamente. Las primeras sesiones hacia solo una cosa de las tres, en ocasiones conseguía hacer dos de tres. En resultado era que o no pataleaba o las brazadas se iban de lado o lo peor, terminaba con agua metida por todos los agujeros de mi cabeza.
Mi mala técnica para respirar y la poca resistencia de mis pulmones hicieron que la natación se tornara una actividad estresante para mí. Por momentos pensé en abandonarla porque definitivamente no estaba disfrutando la actividad. Pero empecé a ver resultados en la báscula y eso definitivamente fue una motivación que me impulsó a continuar y a empezar a recrearme en la natación.
Por otro lado avanzaba en resistencia y en la distancia que lograba cubrir nadando, de 250 metros (cinco vueltas a la alberca) que con el corazón en la boca y a punto de un colapso respiratorio conseguí durante el segundo mes, hasta los 1500 metros (30 vueltas) que logré nadar en los últimos días de noviembre. Eso fue un importante logro para mí.
Diciembre y enero no nadé porque hacía frío. A mediados de febrero reinicié pero todo fue más fácil; la respiración ya fue lección aprendida y logré ejecutarla adecuadamente al mismo tiempo que bracear y patalear; la distancia recorrida ya no baja de 1250 metros. Creo que nado bien y bastante.
Pero ahora resulta que terminan las clases correspondientes al primer semestre del año, la alberca estará ocupada mañana y tarde por cursos de verano. No habrá natación hasta mediados de agosto. ¿Mientras llega esa fecha qué hago con este cuerpecito que Dios me regaló?
Una alternativa puede ser asistir a algún gimnasio, la idea me ha estado dando vueltas en la cabeza, tal vez sea una buena propuesta. A lo largo de mi vida me he inscrito tres veces a esos lugares y solo he asistido dos semanas cuando mucho. En esta ocasión, si finalmente decido asistir, seré constante. Después regresaré a la alberca y, no sé, quizá pueda combinar las actividades y no morir en el intento. Ya veremos.
yo me inscribiré con mariita a cursos de natación este julio, cerca de la UAC =D
ResponderEliminarFelcidades!
ResponderEliminarla natacion es el mejor deporte que hay!!
yo tmb empeze porque era lo unico que podia hacer y con el tiempo ves resultados
solo necesitas mucha disciplina y un buen entrenador
felicidades!