En estos últimos días me he sentido particularmente somnoliento, es una extraña pesadez que me tiene atrapado y esa pereza me acompaña desde el amanece hasta el anochecer.
Debo confesar que estoy escribiendo esta entrada casi en condición de sonámbulo. Mis ojitos, que normalmente parecen pajaritos, ahora están a media asta, mis dedos se mueven torpemente sobre el teclado (cometo fallas a cada momento y por lo consiguiente debo estar borrando y corrigiendo de forma repetitiva. Eso es una verdadera lata) y entre bostezo y bostezo, lentamente avanzan los párrafos.
No sé porqué estoy escribiendo, estoy seguro de que nadie me reclamaría nada si cierro la computadora y me voy tranquilamente a dormir (mi cama está siempre cálida y dispuesta, la almohada me espera ansiosa, las sabanas mueren de ganas por acariciar mi piel). De hecho creo que a nadie le importaría mucho si esta entrada se publica mañana, el domingo o un día después del día de los muertos.
Sin embargo aquí sigo, batallando con las teclas, tratando de sobreponerme a la pesadez que atrapa mis alicaídos sentidos. Pero ¿Por qué me he sentido así? No lo sé, tengo algunas sospechas que con un poco de análisis podrían prontamente transformarse en innegables certezas. Pero no estoy seguro de tener el ímpetu necesario para profundizar en razonamientos y otros procedimientos cognoscitivos.
Definitivamente, ahora no me siento con ánimos ni siquiera para seguir escribiendo, mucho menos con ganas de hacer análisis, hipótesis, determinar causas, establecer alternativas de solución, planes de acción y demás cosas raras.
Sin embargo, reconozco que si no lo analizo entonces tendré que continuar con sueño durante otra larga semana y eso no se ve como una alternativa demasiado atrayente que digamos. Pero bueno, puedo meditarlo mañana temprano y a lo mejor podría determinar con mayor exactitud las causas que establezcan y definan mi estado de sonámbulo consuetudinario.
Sí, eso haré, me voy a ir a dormir y mañana entraré en recapitulaciones para ver que pasa conmigo. Aunque, por otra parte, si duermo mucho seguramente se me quitará el sueño, eso es un hecho concreto y certero. Sí, dormir quita el sueño, eso todo mundo lo sabe.
Ya di con la solución al problema y sin mayor esfuerzo. Esa es otra prueba innegable de mi grandeza y mi capacidad para solucionar problemas; como recompensa a eso, me dormiré.
Mientras duermo, por favor que alguien se ocupe del mundo, aún quedan muchos inconscientes despiertos. Esta última frase me parece que es de Mafalda. No me importa, se la tomo prestada, mañana se la devolveré.
Debo confesar que estoy escribiendo esta entrada casi en condición de sonámbulo. Mis ojitos, que normalmente parecen pajaritos, ahora están a media asta, mis dedos se mueven torpemente sobre el teclado (cometo fallas a cada momento y por lo consiguiente debo estar borrando y corrigiendo de forma repetitiva. Eso es una verdadera lata) y entre bostezo y bostezo, lentamente avanzan los párrafos.
No sé porqué estoy escribiendo, estoy seguro de que nadie me reclamaría nada si cierro la computadora y me voy tranquilamente a dormir (mi cama está siempre cálida y dispuesta, la almohada me espera ansiosa, las sabanas mueren de ganas por acariciar mi piel). De hecho creo que a nadie le importaría mucho si esta entrada se publica mañana, el domingo o un día después del día de los muertos.
Sin embargo aquí sigo, batallando con las teclas, tratando de sobreponerme a la pesadez que atrapa mis alicaídos sentidos. Pero ¿Por qué me he sentido así? No lo sé, tengo algunas sospechas que con un poco de análisis podrían prontamente transformarse en innegables certezas. Pero no estoy seguro de tener el ímpetu necesario para profundizar en razonamientos y otros procedimientos cognoscitivos.
Definitivamente, ahora no me siento con ánimos ni siquiera para seguir escribiendo, mucho menos con ganas de hacer análisis, hipótesis, determinar causas, establecer alternativas de solución, planes de acción y demás cosas raras.
Sin embargo, reconozco que si no lo analizo entonces tendré que continuar con sueño durante otra larga semana y eso no se ve como una alternativa demasiado atrayente que digamos. Pero bueno, puedo meditarlo mañana temprano y a lo mejor podría determinar con mayor exactitud las causas que establezcan y definan mi estado de sonámbulo consuetudinario.
Sí, eso haré, me voy a ir a dormir y mañana entraré en recapitulaciones para ver que pasa conmigo. Aunque, por otra parte, si duermo mucho seguramente se me quitará el sueño, eso es un hecho concreto y certero. Sí, dormir quita el sueño, eso todo mundo lo sabe.
Ya di con la solución al problema y sin mayor esfuerzo. Esa es otra prueba innegable de mi grandeza y mi capacidad para solucionar problemas; como recompensa a eso, me dormiré.
Mientras duermo, por favor que alguien se ocupe del mundo, aún quedan muchos inconscientes despiertos. Esta última frase me parece que es de Mafalda. No me importa, se la tomo prestada, mañana se la devolveré.
jajaja! cómica entrada. El momento de la resolución fue perfectamente gracioso jajaja!
ResponderEliminarMe impresiona como incluso en un tema tan trivial puede lograr una divina combinación de palabras, resultando un texto magistral! es usted el maestro de la expresión escrita.