Todos tenemos historias que nunca queremos relatar, todos hemos caminado por caminos que nunca nos imaginamos caminar. Son historias abatidas, fueron senderos desalentados; son historias lastimosas, fueron senderos confusos.
Y entonces intentas callar y enmudecer tus sombrías letras y tus afligidas canciones, te propones olvidar, resanar tan añejas lesiones y reconstruir el camino árido que alguna vez resplandeció. Y entre la desolación de lo que alguna vez fue tu pesarosa existencia, comienza la vida de nuevo a dibujarse.
Son trazos suaves y delicados, rasgos que murmuran ilusiones renovadas, líneas que colman todo de luces y sueños, de flores y esperanzas. Son matices que se desvanecen en atardeceres y se aclaran en suspiros, se disipan en ansiosas caricias y se iluminan lozanamente en radiantes promesas.
Es la vida nueva que florece y deslumbra, son infatigables ansiedades aferradas a nuevos y emocionantes afanes, sueños inquietos que apuntan hacia destinos gozosos, cálidos nidos y refugios afables.
Y entre tantas estampas y colores, ensueños y canciones, olas impacientes desdibujan las huellas que se bordaron en la que alguna vez fue tan apacible playa. Y desde un claro y nítido horizonte se remontan aromas que invaden, relucen y alimentan los rincones más distantes de una vida resarcida.
La vida regresa, la vida resurge, la vida florece. La vida sueña, la vida despierta, la vida vive. La vida, siempre la vida.
Y entonces intentas callar y enmudecer tus sombrías letras y tus afligidas canciones, te propones olvidar, resanar tan añejas lesiones y reconstruir el camino árido que alguna vez resplandeció. Y entre la desolación de lo que alguna vez fue tu pesarosa existencia, comienza la vida de nuevo a dibujarse.
Son trazos suaves y delicados, rasgos que murmuran ilusiones renovadas, líneas que colman todo de luces y sueños, de flores y esperanzas. Son matices que se desvanecen en atardeceres y se aclaran en suspiros, se disipan en ansiosas caricias y se iluminan lozanamente en radiantes promesas.
Es la vida nueva que florece y deslumbra, son infatigables ansiedades aferradas a nuevos y emocionantes afanes, sueños inquietos que apuntan hacia destinos gozosos, cálidos nidos y refugios afables.
Y entre tantas estampas y colores, ensueños y canciones, olas impacientes desdibujan las huellas que se bordaron en la que alguna vez fue tan apacible playa. Y desde un claro y nítido horizonte se remontan aromas que invaden, relucen y alimentan los rincones más distantes de una vida resarcida.
La vida regresa, la vida resurge, la vida florece. La vida sueña, la vida despierta, la vida vive. La vida, siempre la vida.
El Tío Lalo está enamorado U.u
ResponderEliminarLa vida resurge dentro de una misma vida. Muy de acuerdo. Colores se asoman cuando sentías la vida en blanco y negro! C=