No voy a hablar de política. No lo haré. Dije que no lo haría y no lo voy a hacer. En primer lugar porque no quiero y en segundo porque no tiene sentido hacerlo. Claro que tengo una opinión con respecto a la situación política, puedo hablar de ello, discutirlo, intercambiar ideas; pero no voy a escribir nada al respecto.
Es verdad: es el tema de actualidad por los tiempos electorales que vive el estado, por la naturaleza de la jornada cívica que acabamos de atravesar, por los históricos resultados que se dieron en la alcaldía de San Francisco de Campeche, por todas las razones que gusten, quieran y sugieran. Sin embargo no escribiré nada.
…Ya lo pensé mejor, ciertamente no voy a escribir con relación a mi opinión política; simplemente me limitaré a relatar las actividades que realicé en compañía de mis hijos durante el día de las elecciones, así como las situaciones que pude apreciar en las casillas que visité. Creo que de esta forma estaré escribiendo sobre temas de actualidad sin comprometer mi decisión de no tocar el tema político.
Inicialmente les diré que fui votar, llevé a mi hija mayor a emitir su sufragio efectivo y posteriormente, de acuerdo con la tradición familiar, procedimos a realizar un recorrido por las casillas ubicadas en las colonias populares de la ciudad para tratar de sentir el clima electoral de primera mano. Esto tal vez sea una costumbre extraña y muy loca e incluso un tanto riesgosa, pero me gusta seguirla, tal vez por mi escondido espíritu periodístico o simplemente porque no hay otra cosa más importante que hacer.
En esta ocasión el recorrido abarcó urnas electorales ubicadas en Ciudad Concordia y las colonias La Esperanza, Peña, Morelos, Bellavista, Ampliación Bellavista, San José el Alto, Granjas y Santa Lucia. Lo que pudimos apreciar en primera instancia fue una gran afluencia de ciudadanos en las casillas, ese hecho me parece muy importante porque refleja el interés de los ciudadanos por los procesos de elección popular.
También nos dimos cuenta de la diferencia de condiciones en que son instaladas las casillas: desde las completamente climatizadas en el interior del centro de convenciones Fracciorama 2000 hasta las que se ubican en la acera del mercado de la Morelos, en la cual los funcionarios apenas se cubren con toldos improvisados. Otras gozan de regulares comodidades al ser colocadas en el interior de escuelas.
Entre las cosas extrañas que presenciamos estuvo la detención por parte de autoridades policiacas de un taxista a espaldas de la secundaria de Ciudad Concordia (por más que dimos vueltas no pudimos enterarnos de los motivos, pero tenía relación con las elecciones, el hecho fue grabado por varias personas entre ciudadanos y representantes de partidos).
En la colonia Peña se dio un encuentro (no se puede considerar ni siquiera conato) entre grupos de camisas azules contra camisas rojas, llegaron muchos policías y mejor me retiré del lugar por la seguridad de mis hijos, aunque finalmente la cosa no pasó a mayores. También nos topamos con grupos de jóvenes con camisas blancas, supongo que usaban ese color para despistar o bien porque pertenecían a algún grupo identificado con ese color.
Observamos casas en la colonia Ampliación Esperanza donde reunían a personas para llevarlas a votar, por los colores predominantes se adivinaban las tendencias partidistas. En Colonial Campeche las casas para reunir y trasladar votantes simulaban una fiesta, estaban adornadas con globos y piñatas desde las 9 de la mañana y todos los “invitados” comían tortas y jugos, a las 9 de la noche las piñatas continuaban colgadas y los asistentes seguían los resultados de las elecciones en varias televisiones estratégicamente ubicadas.
En casa de mis hijos se recibieron llamadas para inducir al voto por parte de dos partidos políticos, en ambos casos el identificador de llamadas solo registró el número cero. Quisimos reportar el hecho a la Fepade pero el número telefónico de esa instancia se reportaba como fuera de servicio. Ni modos.
El resto de las cosas que observamos se puede clasificar dentro de lo normal, personas votando con tranquilidad, vecinos que comentaban los acontecimientos en las afueras de las casillas, camionetas lujosas rondando los centros de votación, muchos vehículos con placas de otros estados, grupos de encuestadores y observadores electorales, todo normal.
Creo que los campechanos nos comportamos con alta civilidad, con tolerancia ante las opiniones distintas y con juicio y madurez al emitir nuestros votos de manera razonada y dividida, esto habla de un aumento en la cultura política de los que habitamos esta tierra. Eso ya es ganancia para todos.
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