Telarañas… más telarañas… hay telarañas por aquí, por allá y por acullá. Está lleno de polvo y un penetrante olor a humedad lo invade todo. En un rincón, justo a la derecha, un grillo canta tranquilo, claro, nadie lo interrumpe. Una que otra cucaracha se pasea campantemente y, justo frente de mí, un cucarachón de tierra caliente hace su entrada oronda y triunfal. Esto es el colmo.
Tienen razón quienes aseguran que todo es culpa mía y me reclaman por el inexplicable abandono en que se encuentra todo. Lo peor del asunto es que no cuento con un argumento suficientemente sólido para justificar mis desidiosas acciones. Nada, ninguno, ni siquiera el más pinchurriento y escuálido.
No tengo más remedio que dedicarme a hacer limpieza exhaustiva en este quejumbroso, adormilado y ruinoso blog, disculparme cabalmente con todos aquellos que me hacen el favor de seguirlo y afirmar (mano haciendo señal de boy scout) que jamás volverá a ocurrir semejante estancamiento. Si, así será.
Por otra parte, y siendo todo lo justo que suelo ser en algunas ocasiones, realmente no estaba muy dejado que digamos; la última vez que escribí fue el 18 de febrero, eso no es mucho tiempo, solo unos días, algunas semanas.
Y bueno, si se me ocurrieron muchos temas, pero no podía escribirlos. No tenía tiempo. Estaba muy ocupado. Tenía muchos asuntos importantes y urgentes que atender. Porque deben saber que yo soy una persona extremadamente ocupada. No soy como otros que se la pasan en interminables siestas; tampoco soy de los que andan averiguando chismes o metiéndose en cosas que no le incumben.
En realidad, no sé ni porque les digo estás cosas, simplemente… pues ya, ya escribí. Mañana voy a volver a escribir, pasado a lo mejor no, pero el domingo sí. La próxima semana también voy a seguir redactando. A ver que se me ocurre.
Lo del cucarachón fuen completamente innecesario.
ResponderEliminarjjajajajaja si papiringow dio muxo askito iugg!!!
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