lunes, 1 de febrero de 2010

81. Sin carnavales ni comparsas

No voy a participar en el carnaval. No, no lo haré, y tal vez nunca más lo haga, los motivos son dos, el primero y más importante son mis defectuosas rodillas, el segundo… no tengo ganas. Lo que más me sorprende es que no me pesa decirlo. Simplemente me es indiferente.

No sé cuándo fue la primera vez que participé en un carnaval pero de algo estoy seguro, nunca salí disfrazado en el tradicional viernes de corzo infantil. Eso se debe a que no estuve en Campeche durante mis años de preescolar, si hubiese estado aquí seguramente hubiese participado como todos los niños campechanos.

Mi primer recuerdo de carnaval fue cuando estuve en la secundaria, salí en una comparsa que bailaba rock al estilo de los sesentas. Los trajes eran los tradicionales suéteres de colores con letras en el pecho, pantalones acampanados y tenis (las chicas iban con amplias faldas que les llegaban hasta las rodillas, calcetas, suéteres y pelo peinado con colas). No recuerdo la música pero seguramente eras las clásicas del rock de aquellos días.

Durante los años en la Preparatoria no participé en ninguna comparsa, a cambio de ellos salí disfrazado con algunos amigos, éramos de esos grupos de disfrazados que salen sin ton ni son. Una vez de la pájara Peggy, luego de árabe y en una ocasión de espantapájaros.

Posteriormente llegó el tiempo de las comparsas nuevamente. Sucede que a los miembros de mi familia se les ocurrió que podíamos participar en el sábado de bando, entonces tías, tíos, primos, hermanos, papá y mamá nos reuníamos a ensayar los bailables y a diseñar nuestros trajes de carnaval.

Participamos en varios carnavales: abejas (ese año mi hija Mildred nos acompañó disfrazada de florecita) perritos dálmatas, negritos (Mildred se molestó porque se cayó y las medias se le rompieron) y gusanos y frutas. No ganamos ningún premio, pero nos divertimos mucho. Dejamos de participar porque las nuevas generaciones de primos no suplieron las ausencias que provocaron los hereditarios y familiares problemas de rodillas.
Finalmente llegó el tiempo de los Alcohólicos Armónicos, la desternillada comparsa de cuates en los que me involucré durante los últimos 7años. Con ellos salí de negrito, fraile, pinocho, zombi, policía, vikingo y torero. Durante esos años ganamos dos primeros lugares (pinochos y vikingos) y un segundo lugar (zombis).

Vivir el carnaval participando en una comparsa es disfrutarlo de una manera distinta a solo presenciarlo como espectador. Es una experiencia distinta, siempre cambiante, siempre nueva, llena de anécdotas, de risas, de hacer tonterías y de tomar cervezas sin parar (aunque para esto último siempre fui moderado).

Pero todo lo bueno y divertido tiene que acabar algún día, tal vez mi tiempo de carnaval terminó, no sé, tal vez no. Es importante recordar que tengo un problema en las rodillas que me ha llevado en dos ocasiones al quirófano, que los tiempos de ensayos debía frotarme las rodillas con diclofenaco y dormir con rodilleras para mitigar el dolor y que después del baile de sábado de bando debía permanecer acostado todo el domingo para que pudieran descansar mis rodillas.

Este año se ha recrudecido el dolor, se ha tornado más insistente y el médico me pidió moderación, definitivamente me conviene hacerle caso, de lo contrario el problema podría agravarse y no me gustaría que eso me pasase. Tengo que pensar en el futuro y en la calidad de vida que deseo tener dentro de 10, 15 o 20 años. No me gustaría pasar mi vejez en una silla de ruedas.

Por otra parte, tengo desánimo, tengo desmotivación carnavalera, eso puede ser más grave que lo descrito en el párrafo anterior. Es un problema del espíritu, de decaimiento generalizado, de mucha flojera de participar en ensayos, de aprender rutinas de baile, de soportar situaciones y personalidades.

Finalmente no sé, tal vez el próximo año, o dentro de dos años se me renueven las ganas y el carácter y las rodillas me permitan participar, espero para entonces seguir teniendo un lugar en la comparsa y poder bailar alegremente por las calles durante el sábado de bando. Quién sabe, tal vez si o quizá no. Sólo el tiempo lo dirá.

2 comentarios:

  1. Yo se que a ustedes les gusta mucho eso del carnaval pero... yo no soy tan fan. Sin embargo, es raro que este año no salieran. No se siente el Carnaval.

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  2. amigo, en serio ke se te va a extrañar, pero primero la salud; aunque te confieso que una de las cosas significativas y divertidas para mi era ubicar a los alcoholicos armónicos y obvio a ti jejeje.

    carmita

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