domingo, 14 de junio de 2009

25. Día del brócoli

Hoy es domingo, el día del brócoli. Esto significa que hoy es el día en que me convierto en un vegetal, por lo cual no debo moverme ni debo realizar ningún tipo de esfuerzo. Nada está permitido en este día (solo se consiente mover un dedo para cambiar de canal a la televisión y traslados esporádicos al refrigerador o al baño).


El día del brócoli fue instituido hace aproximadamente 8 años para conmemorar una fecha en que no hice absolutamente nada. Se celebra de manera exclusiva en mi casa y por lo general todos los domingos. Ocasionalmente, las festividades han iniciado desde un sábado anterior o se han prolongado hasta el lunes siguiente. Todo depende de que las condiciones ambientales, laborales, sociales, emocionales, físicas y orgánicas sean las adecuadas.

¿Porqué del brócoli? No sé, se me ocurrió. Entiendo que tiene relación con la inminente transformación de un ser humano en una hortaliza. Reconozco que pude haber elegido alguna otra verdura, pero el brócoli fue lo primero que se me vino a la mente. Por otro lado, no me late mucho convertirme en una papa, una zanahoria, calabaza o un chayote, mucho menos en una lechuga romanita o en una cebollita cambray. Por lo cual, creo que transformarse en un brócoli es muy adecuado.


Cabe mencionar que este magno festival debiera forzosamente realizarse todos los domingos, pero en ocasiones, por motivos ajenos a mi sagrada voluntad, he tenido que verme obligado a posponer las actividades propias del día y a tener que realizar otro tipo de acciones que nada tienen que ver con los brócolis. Ni modos.


Un día clásico de brócoli inicia alrededor de las 7 de la mañana (por motivos biológicos jamás he podido dormir hasta el mediodía, ni siquiera hasta las diez de la mañana) la televisión se enciende automáticamente en canales de deportes principalmente, en el menor de los casos, de películas. El control remoto, que ya ha sido previamente colocado en un lugar estratégico, requiere solo de pequeños movimientos para que yo pueda ajustar el volumen o cambiar el canal.


Así transcurren las primeras horas del día. Posteriormente, un pequeño traslado para pagar el periódico y para desayunar y volvemos a la inactividad. Hacía las 4 de la tarde ya he visto como 3 partidos de fútbol o igual número de películas y me he dormido esporádicamente. Otro pequeño movimiento para comer y un nuevo retorno a la vida vegetal. Así continuo hasta que, aproximadamente a las 11 de la noche el sueño me vence y duermo tranquilo y sereno como un repollo hasta el amanecer.


Como podrán darse cuenta, la vida de brócoli no es complicada ni cansada, no requiere más que la voluntad y el compromiso decidido de cumplir con los rituales propios de la celebración, los cuales no son muy dificultosos. Entiendo que se necesita un espíritu tranquilo y plácido, llevar una vida sencilla y sin mayores sobresaltos, pero eso tampoco es muy raro encontrar. Muchos tenemos esa clase de existencia.


Si alguno de ustedes desea adoptar en sus vidas la filosofía del brócoli, puede hacerlo, cuentan con mi autorización y mi apoyo irrestricto, solamente les suplico me lo hagan saber para que yo me sienta acompañado y me solidarice con ustedes a la distancia.


Tal vez se preguntarán por qué el día del brócoli estoy escribiendo todo esto; en realidad no lo escribí hoy, lo hice ayer. Hoy solo lo estoy subiendo, la computadora ya estaba prendida y en la página adecuada para ahorrar esfuerzos. Todo se limita a un click.

2 comentarios:

  1. Yo creo que se puede automatizar la actualizacion del blog, todo sea por conservar la pureza de este sagrado día. Resumo festividades brocolianas.

    -- Automated Response System -- SAT 11:59pm --

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  2. Disculpe,¿en dónde puedo encontrar más información sobre el día del brócoli?

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