miércoles, 8 de enero de 2020

161. Propósitos



Como cada año, sea la  final  o al  principio, los días están cargados  de  propósitos que enmarcan nuestras intenciones de modificar las cosas  que  se  han hecho  mal  y  lograr metas y objetivos de superación profesional, personal   y/o   familiar.   Como  todos   los demás,  yo  también   he   establecido  un propósito,  no  es  nuevo, es  el  mismo  de siempre, y como cada año, no sé si lo podré cumplir.
            No se trata de bajar de peso, aprender inglés, ascender en el trabajo hacer ejercicios o comer sano, aunque entiendo que esos debieran de ser, pero no, no es eso. Se trata de escribir, escribir todos los días, por lo menos una cuartilla, sea un cuentecillo, una idea, un texto desabrido o cualquier cosa que me pase en la vida. Lo importante para mí es escribir.
            Este asunto de la escritura no es nuevo, lo vengo arrastrado desde hace más de diez años, cuando inicié este blog y cuando comencé a escribir para un periódico campechano; a partir de ahí, lo vengo renovando año con año en forma invariable y también, en forma invariable, lo vengo incumpliendo por lo más disparatados motivos sin que me queden claras las razones para ese quebranto.
            A lo largo del tiempo, he buscado motivaciones diversas, en la época en que viví en la Ciudad de México, me reunía con un grupo de jóvenes escritores que me iniciaron en la redacción de cuentos breves, hice varios intentos, escribí varias historias con el único afán de expresarme y de encontrar la vena literaria.
            El año pasado, ya estando radicado en Monterrey, participé en un par de cursos de composición y creación literaria, lo que me dio algunas bases para estructurar de mejor manera mis narraciones y para la construcción de mis personajes. Todo ello se completó con mi participación en un nuevo grupo literario en el cual tratamos de realizar ensayos y cuentos de valor narrativo. Sin embargo, aún no encuentro la continuidad y la persistencia requerida.
            El asunto es que quiero escribir, disfruto mucho al hacerlo, me gusta sumergirme en el mundo de las letras, la combinación y composición armónica de las palabras, la estructuración de las oraciones, los párrafos y los textos. No sé si soy bueno o no en las tareas de la redacción, pero al final de cuentas, eso no importa cuando se encuentra el gusto y la satisfacción en una actividad, cualquiera que ella fuese.
            Este año, ya no cumplí de nuevo, ya han pasado siete días sin que siquiera haya intentado tocar una de las teclas de la computadora. Sin embargo, creo que aún es tiempo para reencontrarme con los textos y para publicarlos, por lo menos en este olvidado e informal blog de escribidor sin rumbo, sin idea y sin tema.
Retomemos entonces este nuevo intento y que las musas de la perseverancia me acompañen siempre.

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