viernes, 3 de septiembre de 2010

120. Se parece a mi

Fue una tarde cerrada de tormenta, de lluvia intensa, de calles inundadas, de truenos y relámpagos. Pero no era una tarde gris, ni oscura, no, no era nada de eso; era una tarde luminosa, alegre y llena de dulces presentimientos y de cálidas promesas. Era la tarde en que nació mi hija Andrea, era la tarde en que la vida se me llenó de muchos besos en repeticiones instantáneas e interminables, era la tarde en que todo se llenó de ternuras.

Fue hace 18 años, recuerdo que la enfermera del quirófano del Seguro Social me dijo: “Fue una niña, pero si quieres conocerla debes traernos un pastel”. Yo sabía que estaba bromeando, pero no me importó, me subí a mi autito y a pesar del diluvio que se abatía sobre la ciudad me di a la tarea de comprar un gran pastel para agradecer al equipo médico y de enfermería por recibir a mi bebita.

Al regresar, pastel en mano, las enfermeras me entregaron a mi pequeñita. Sólo atiné a decir “Se parece a mí”. Y eso es la verdad, la niña se parece a mí (pero ella si está bonita) eso se me hizo increíble y muy extraño, ver mi cara en la cara de una nenita; En ese momento, así como estaba enamorado de Mildred, me enamoré de Andrea.

Andrea era una niñita que nació muy blanquita (con el tiempo fue agarrando tono) en contraste con su hermana Mildred, la morenita de la casa; Debo confesar que si bien, las tonalidades de la piel de mis hijas me causaban gracia, también me preocupaba un poco el hecho de que la hermana mayor se fuera a molestar, pero afortunadamente eso no sucedió. Cuando Mildred conoció a su hermanita Andrea solo atinó a decir “Está preciosa, nunca me voy a pelear con ella”. Desafortunadamente eso tampoco sucedió.

Y fue entonces que empezó la aventura de compartir la vida con Andrea, los primero años fueron de muchas, muchas, muchas lágrimas. El estado natural de Andrea era llorar, lloraba por todo y todo la hacía llorar. Una tarde, mirándose al espejo, se dio cuenta que su nariz era muy chica y supuso que en el futuro no iba a poder respirar bien. Eso la hizo llorar mucho. Lo bonito era que, en los ratos en que cesaba el llanto, empezaban los besos, los arrullos y los abrazos, después continuaba el llanto.

Por suerte esa etapa terminó y comenzó la de terapia para que pudiera hablar con claridad, una vez que aprendió ya no hubo quien la detenga; desde entonces no ha dejado de hablar, de reclamar, de discutir, de alegar, de burlarse de la gente y de decir cosas que dan mucha risa. Bueno está bien, qué se puede esperar de una hija mía.

Cuando Andrea tenía como 6 años, empezó la etapa de los concursos a ver quien daba más besos sin parar, si ella a mí o yo a ella, no recuerdo quien ganaba, las cifras andaban siempre por encima de los 300. Era muy rico recibir tantos besitos. Después inventamos los besitos mimí, siguieron los nuevos y mejorados besitos mimí (los que “ya estaban en la tienda de la esquina”) y después fueron surgiendo toda clase de besitos con los nombres más disparatados y locos que se nos ocurrían.

Hoy, Andrea llega a la mayoría de edad, casi al mismo tiempo que inicia sus estudios profesionales, en otras palabras, la vida adulta se le viene encima y junto con ella, llegarán nuevas responsabilidades y nuevas tareas que implicarán retos cada vez más grandes, los cuales deberá afrontar con absoluta seguridad y entereza y de los cuales sé que logrará salir adelante.

La vida se abre, se muestra, con todas sus cosas maravillosas y deslumbrantes, pero también con sus escenarios oscuros y sombríos. La vida es linda pero también difícil. Yo no he podido quitar todas las piedras del camino rosa y terciopelo de mi hijita (y aunque haya podido, eso no sería lo mejor para ella) por eso, con toda seguridad se encontrará en el futuro con esas zonas áridas y desérticas con que a veces nos encontramos en nuestras vidas. Serán días duros de lucha y fatiga.

Probablemente habrá días de volver a llorar, de buscar de nuevo el consuelo, de enfrentarse a las vilezas y las ruindades humanas. Habrá momentos de querer detenerse y tirar todo por la borda. Habrá días en que el dolor sea tan intenso que pensarás que ya no se puede sufrir más. No es así, todo pasará. Siempre habrá un nuevo día y miles de motivos para volver a reír y sentirse reconciliado con la vida y con las personas.

Lo que no pasará es el amor que yo siento por mi niña, lo que no sucederá es que no me encuentre cuando me necesite porque nunca estaré tan lejos que no pueda escucharla. Siempre estaré muy cerca, como cuando empezaba a caminar y la seguía atento para sostenerla si tropezaba. Al mismo, no tan cerca para impedirle alcanzar las estrellas solo por mi temor a que se pueda caer.

Me gustaría mucho darle a mi hija un discurso sobre el amor, la libertad, la justicia y la bondad, hablarle sobre las relaciones humanas y lo absurdas e inestables que a veces suelen ser, prepararla para cuando surjan los desamores, las desilusiones y los desengaños o darle esos consejos que los padres acostumbran a dar en estas ocasiones; pero creo que ya lo hemos platicado muchas veces.

Finalmente, yo no sé si he sido un buen papá para Andrea (o para Mildred y Edoardo) pero si sé que me he esforzado en serlo; he querido decir las palabras correctas en los momentos correctos aunque no siempre he podido o no he sabido; he intentado ser un buen ejemplo (aunque también en ocasiones he fallado) he querido ser un buen amigo y en eso creo que no he tenido fallas.

Me parece que poco a poco, la vida me va poniendo en el papel de espectador de la vida de mis hijos, asumiré ese rol con paciencia y respeto, aplaudiré sus éxitos y lamentaré sus fracasos, reiré con ellos y seré feliz de verlos florecer.

Feliz cumpleaños Andreita, que Dios te colme de bendiciones y que siempre, siempre seas muy feliz.

5 comentarios:

  1. Hemoso!!!!!, muchas felicidades a los dos, a ti andre por tus 18 y a ti Gerardso por ser un ser tan lleno de luz.
    un beso
    Armidia

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  2. Awww, estubo precioso, emotivo y tierno. Y yo recuerdo a Andrea cuando su estado natural era llorar jiji. Sigue escribiendo cosas así, ya vienen los 15 de Edoardo xp

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  3. el estado natural de tus 3 hermosos hijos siempre fue LLORAR jejeje =) y serias mejor papá si nos escucharas cuando tus primas ke te keremos te decimos las cosas...

    besitos a los 2!!

    pris!! =)

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  4. jajajaja lamentablemente no recuerdo eso ke segun dije al verla xD creo k estaba mui peke, pero siii x todo llora (hasta la fexa) oie papi pero olvidaste poner ke se comia la pared jajajajaja =P

    y si papiringow, eres el mejor papito del mundo, aunke ablotees x todo xD jejeje te keremows!!!! muacks

    mily

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  5. mii vidaa! te amo papaitooo! :) eres y seras siempre el mejor papa del universoo! jajaja aunqe seas hablador! ya vi de donde lo sake.. jajajaa
    esta hermosoo me encantoo lo qe me escribiste..!
    me lo devias.. jajaja.. hasta qe por fin se me hizoo.. te amooo mucho!

    besotes y abrazos..!!
    y sigo siendoo tuu peqeñiita :)

    te amoooo!! :)
    Gracias.. Muchas gracias papaitoo!

    tu niñaa! :) Andii

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