De pronto me he visto abrumado por el clamor de un pueblo que exige la inmediata liberación de la lagartija (por cierto, se llama Zaratustra) atrapada por mí en el interior de una ventana. Me cuesta trabajo comprender el nivel de solidaridad que se ha desatado a favor de este humilde reptil.
Es importante señalar que este animalito no ha hecho nada importante en su vida (me refiero a cosas al estilo del pulpo Paul) sin embargo, ahora resulta que representa los anhelos de libertad y las esperanzas de justicia de todo un grupo de soñadores amantes del medio ambiente, de la fauna silvestre y de los derechos inalienables de todos los seres vivos.
He recibido amenazas de movilizaciones en mi contra y de manifestaciones en las puertas de mi hogar. Me han recordado la existencia del karma y lo que me espera para la próxima vida de continuar con mi actitud; asimismo, ha sido ventilada la existencia de un extraño conjuro llamado “La maldición de las lagartijas sangrientas”, dicho hechizo (el cual hace desaparecer por completo el instinto sexual) caerá sobre mí y me perseguirá durante siete generaciones.
La lagartija Zaratustra ha recibido calificativos de luchadora social y sobreviviente de los infortunios y hay personas que desean que su imagen sea utilizada para campañas de ayuda humanitaria en África y Medio Oriente o para apoyar las causas en contra del calentamiento global; ha sido propuesta para encabezar las marchas por el orgullo gay y la diversidad de género e incluso para reina del carnaval.
Hay quienes piensan que su sobreviviencia se debe a un destino y a una realidad mayor, ya que tiene una tarea fundamental de paz y amor por desarrollar en el mundo. Han sugerido que su permanencia en la vida trae consigo un mensaje sobrenatural que debe ser descifrado por intelectuales, científicos, teólogos, mentalistas y gurús.
Por lo que a mí respecta, me han llamado enemigo de la libertad, represor, tirano y coartador de los anhelos más puros y nobles de los animales. Algunos me han catalogado como un lagarticida y otros me han puesto a la altura de Hitler y mi ventana ha sido catalogada como una prisión peor que los campos de concentración nazis.
Por todo lo anterior, he decidido liberar a Zaratustra, la lagartija. De hecho debo decir que una vez libre corrió velozmente por la casa y se refugió bajo una cama en otra habitación. No parecía muy debilitada, creo que soportaba con facilidad otros cuatro días de encierro, sin embargo no quise arriesgar mi integridad física, moral y emocional y por ello, con ayuda de una escoba, la liberé.
Espero que este hecho me reconcilie con la humanidad y con los valores y afanes más puros de la raza humana.
Nótese que la ventana ya ha sido abierta |
Todavía no se da cuenta de la libertad a su alcance |
La lagartija Zaratustra corre libre al fin |
Pensé que ibas a contar la mítica historia familiar de la iguana del baño. Podrías contarla para que haga juego con esta :)
ResponderEliminarmi vidooooooooow!!!!! papiringoow ke lindooo por haber liberado ala pekeña lagartijitaaa inofensivaaa ke ahora es tu mascotitaaa jijiji..
ResponderEliminarok ok la maldición ha sido postergada para cuando vengas a decirle "jalaa jalaa" a mi ermoso gato malteado xD jajajajajaajajaj.. ntc xD
te kiero papi!!!
atte: mily
Jejeje... felicidadeees!!! las lagartijas tmb merecen libertad!! jaja.. a mi cuarto llegó una lagartija tmb, y la adopté, pero es libre de irse cuando quiera.. de hecho, espero que se vaya pronto, pq tengo una perrita q se la puede comer :S
ResponderEliminarq porkeria deberian de matarse idiotas¡¡¡
ResponderEliminar